El Barça está en la final de la Copa del Rey 2020/21 después de vencer al Sevilla F.C. en un partido cargado de goles, polémicas, tensión y épica. Un partido donde los de Koeman tuvieron el control total en la primera parte, los jugadores del conjunto andaluz dieron una dura pelea y estuvieron a punto de arrebatar la final al club blaugrana.

Desde el inicio el F.C. Barcelona asedió la portería de los sevillanos. Dembélé mandó a las nubes una ocasión clara dentro del área en el minuto 10. Pero justo después, el francés iba a dejar a boquiabiertos a muchos. Messi combinó con Ousmane en el área, y este perdió el balón delante de la defensa del Sevilla. Pero el ‘Mosquito’ sacó su orgullo, recuperó el balón y lanzó un misil imparable a la escuadra derecha del portero del Sevilla Vaclik. Un golazo que acercaba al Barça a la remontada.

Dembélé en la jugada del primer gol / Fuente: Getty Images

Los culés fueron superiores en el mediocampo en la primera parte, aunque los jugadores de Julen Lopetegui también amenazaban la portería de Ter Stegen. Y en el esquema de Koeman también había cosas que no terminaban de funcionar, como el rol de Dest en ataque. El americano chocaba constantemente con los defensas sevillistas.

En un frenesí ofensivo cuando se acercaba el final de los primeros 45 minutos, el segundo gol estuvo a centímetros de llegar en un remate de Messi que Acuña salvó bajo palos. Y ocasiones del equipo culé sobraron. Pero el asalto continuo del ataque blaugrana no logró materializarse en un segundo gol, y los de Koeman se fueron a los vestuarios ganando por la mínima.

Lionel Messi y Karim Rekik disputando un balón / Fuente: Getty Images

Tras el descanso, el Sevilla planteó un juego claramente defensivo pero preciso, sin conceder faltas en la frontal de área y amenazando de contrataque con el empate. Uno de esos contraataques llevaría al momento clave del partido: el penalti señalado a favor del Sevilla en el 72’. El argentino Lucas Ocampos, que volvía tras su lesión, encaró la portería de Ter Stegen y su escapada obligó a Mingueza a cometer falta dentro del área. Pero el delantero se encontró con el muro alemán del Barça, que detuvo la pena máxima y mantuvo al Barcelona vivo en la eliminatoria.

Ter Stegen detuvo el penalti de Ocampos y mantuvo vivo al Barcelona / Fuente: Getty Images

Salvado un penalti que hubiese definido la eliminatoria, el paso de los minutos torturaba a los de Koeman, que no lograban marcar el segundo gol, necesario para llevar el partido a la prórroga. El arbitro añadía 4 minutos de descuento y la ansiedad se apoderaba del equipo culé. Al filo del 93’, Fernando hacía falta sobre Trincão y fue expulsado por doble amarilla. Messi ejecutó la falta, que terminó en córner. Y el saque de esquina propició una jugada donde Antoine Griezmann regateó y puso un centro perfecto para que Gerard Piqué anotase el segundo gol en la última jugada del partido. El Barça llegaba a su quinta prorroga de la temporada (dos en Supercopa y tres en Copa del Rey).

En la reanudación del encuentro, los blaugrana salieron con los ánimos renovados, conscientes de que tenían que vencer al Sevilla mientras durara el empujón anímico del empate. Y en el 95’, Jordi Alba fabricó un centro que Braithwaite cabeceó y el balón se coló entre las piernas de Vaclik. En menos de diez minutos, el Barcelona pasó de estar eliminado a sacar un billete a la final. Así de impredecible y loco es el fútbol.

Martin Braithwaite se encargó de definir el partido / Fuente: Getty Images

Para mantener la tensión, el partido regaló otro momento polémico. Lenglet fue a defender un balón en el área, el esférico le golpeó el pecho y luego la mano. El VAR revisó la jugada y entendió que no era penalti. En lo que quedaba de prórroga, el Sevilla luchó y el Barcelona supo aguantar el resultado hasta que el árbitro Sánchez Martínez pitó el final del partido.

Con otra remontada para el recuerdo, el F.C. Barcelona es el primer finalista de la Copa del Rey y logra cerrar una de sus heridas recientes. Queda otra por curar, la vuelta de Champions contra el PSG. Y no parece ser una buena época para apostar en contra de un equipo que, falto en ocasiones de fútbol, se ha vuelto adicto a la épica. Así que no se apresuren en dar por muerto al Rey de la Copa.

El equipo blaugrana celebra el tercer gol / Fuente: Getty Images