El 1×1 del Barça-Mallorca
Ter Stegen (6): en el día de su partido 400, no tuvo apenas trabajo. Por suerte, la balanza se declinó en el área contraria a la suya.
Koundé (6): el francés actuó de lateral derecho y mantuvo a línea su nivel, sin hacer grandes arrancadas por banda. Ayudó en la salida de balón de Pau Cubarsí.
Íñigo Martínez (6’5): mostró su lado más peleón, organizando y prestando la jerarquía que le caracteriza. Era vital en el juego aéreo y así lo hizo. Partido cumplidor del vasco.
Pau Cubarsí (8’5): el canterano sigue una evolución imparable y madura con solo 17 años. Hoy, ante Muriqui, volvió a dar una masterclass de cómo defender en el uno contra uno, además de las innumerables facetas que dan alas al equipo, como la salida de balón, o la rápida anticipación. No parece tener techo.
Cancelo (5’5): de más a menos. No encontró su verticalidad a pierna cambiada, aunque estuviese participativo desde el inicio. Tampoco funcionó su conexión con Joao Félix.
Raphinha (5): esta vez de interior, donde materializa más el control del juego. Estuvo eléctrico e incluso provocó un penalti. Poco después, se lesionaría.
Christensen (7): pausa, control, equilibrio. El danés sigue asentándose en una posición poco habitual para él. Fue el flujo de conexión con los centrales, y atendió todas las necesidades que desde atrás se exigía, además de la circulación de balón en ataque.
Gundogan (7’5): obviando el penalti fallado, el alemán volvió a tirar de galones ante las ausencias de Frenkie y Pedri. Priorizó el juego posicional y mantuvo equilibrio, además de prolongarse en el último pase, aunque sin ser decisivo.
Joao Félix (1): apático, frío, poco participativo y alejado de las acciones de peligro que generaba su equipo. Queda poco de aquel talento que maravilló al inicio de temporada.
Marc Guiu (4): se encontraba ante su primera titularidad con el primer equipo. En su deber, responsabilizarse de las tareas que habitualmente cumple Lewandowski. Aunque lo intentó, no estuvo nada fino en el último tercio.
Lamine Yamal (9): con un golazo marca de la casa, se coronó en Montjuic. Ante la falta de creatividad, iba dejando detalles continuos de un futbolista que se echa el equipo a las espaldas. Con solo 16 años, no se le puede pedir más. Es presente y futuro.
Fermín (5’5): entró por la lesión de Raphinha, aunque estuvo menos participativo que en otras ocasiones.
Lewandowski (6): el polaco aportó presencia en la zaga mallorquina y ayudó a descongestionar la responsabilidad en ataque de los jóvenes.
Vitor Roque (6’5): se mostró con energía y con ambición de cara a portería y en el ámbito asociativo, aunque no tuvo ninguna ocasión. Sigue su proceso de adaptación al fútbol europeo.
Oriol Romeu (N/S)