Ferran pide la palabra
Hay una reflexión de Lovecraft que dice: “ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad”. Ferran Torres, esta presente campaña, no se encontraba consigo mismo. Parecía algo perdido. Un jugador diferente al que reclutó el Barcelona en su momento.
El extremo explicaba recientemente a la prensa, en un encuentro organizado por el club, que “había caído en un pozo sin fondo” y que había aprendido también, gracias a la ayuda psicológica, que no debía obsesionarse tanto con el gol, que “las cosas salen solas”.
La confianza lo es todo en el rendimiento de un deportista de alto nivel y de ahí que no le salieran las cosas. Sin embargo, un rayo de esperanza afloró en el último partido de Liga ante el Cádiz (2-0). El valenciano cuajó una de sus actuaciones más memorables como azulgrana: MVP del partido, incisivo, atrevido en ataque y protagonista en el primer gol, materializado por Sergi Roberto.
Xavi Hernández lo elogiaba al finalizar el encuentro en rueda de prensa: “Estoy especialmente contento por él, porque ha recibido muchas críticas, pero él siempre trabaja para el equipo y eso para un entrenador es una garantía. Nosotros valoramos otras cosas que solo goles o asistencias”. De hecho, el técnico egarense pudo haberle puesto como titular en Old Trafford, como premio por su rendimiento, pero acabó saliendo en la segunda parte desde el banquillo.
Con cinco goles y una asistencia, cuenta con 11 titularidades de los 29 partidos que ha disputado en lo que va de temporada. El, a priori, haber revertido su dinámica le puede ayudar a sumar más minutos, con las ausencias de Ousmane Dembélé y Ansu Fati. Sin embargo, la pugna por el extremo derecho, su demarcación predilecta, la tendrá que seguir luchando o complementando (desde la izquierda) con Raphinha. Una competencia feroz para un puesto. Su polivalencia le ha permitido partir desde la izquierda o como falso nueve, pese a no ser donde se encuentra más cómodo.
“Los recuerdos y las posibilidades son aún más horribles que las realidades” y es que la reminiscencia que Lovecraft explica, también se puede trasladar al relato de Torres desde su llegada del Mánchester City. Sus virtudes no son precisamente las de un goleador nato, ni tampoco se le debe comparar con perfiles como el de David Villa, aunque se le atribuyan aspectos parecidos. Ferran debe optar por explotar su desequilibrio. Ser atrevido para sortear rivales en banda, o cayendo incluso como falso nueve. Ahí es cuando ha sido capaz de generar espacios, arrastrar marcas y facilitar el pasillo interior del gol para sus compañeros.
Después de un periodo en el que no le han salido las cosas, el Barcelona necesita la mejor versión del internacional español. Dejar de lado el escepticismo de partidos anteriores. El descaro ante el Cádiz podría ser el preludio de su vuelta. Pero solo la paciencia y el acierto dictaminarán hasta qué punto, Ferran pide la palabra. Para que, de este modo, los destellos de su última gran actuación no queden en una mera anécdota.