
El Barcelona pasa un ‘viacrucis’ para ganar al Celta (4-3)
El Barça recibió al Celta en Montjuïc en una tarde primaveral y con una gran entrada (48.569 espectadores), fruto de las vacaciones de Semana Santa. Precisamente, en un horario temprano e ideal a diferencia de los anteriores encuentros. La previa del partido estuvo marcada por la disconformidad de Hansi Flick con lo poco que se cuida a clubes y jugadores a diferencia de otras ligas, así como los horarios tan tardíos. Asimismo, los azulgrana llegaron con los deberes más importantes ya hechos: volver a unas semifinales de Champions seis años después.
Arrancó el duelo disputado y haciendo justicia a eso de que al Celta se le dan bien los equipos de la parte alta de la tabla. Mordió primero el tiburón, Ferran Torres, pero poco le duró la ventaja al Barça. Una mala salida de Szczesny propició el remate a placer de Borja Iglesias y metió al conjunto celeste de nuevo en la pomada. Las incursiones por derecha fueron constantes y los de Flick miraron de estirarse al ritmo de Raphinha y un Pedri que va de ovación en ovación. Es el canario, sin duda alguna, el termómetro del equipo y el encargado de rebajar pulsaciones cuando impera el descontrol.
Un Celta desacomplejado
Los de Claudio Giráldez se mostraron sobre el césped sin complejo alguno y con posibilidades reales de hacer daño. Fue Szczesny héroe y villano, al blocar una doble acción providencial que evitó daños mayores y previamente al no estar acertado en el gol del empate. La falta de claridad, desequilibrio y fluidez fueron los puntos a mejorar en la segunda parte.
Salió el Barça dormido del descanso y la falta de coordinación entre Frenkie de Jong y la defensa puso en bandeja el pasillo para que ‘El Panda’ certificara su hat-trick y silenciara Montjuïc. De la coctelera de Flick salió Lamine Yamal y Dani Olmo para dar frescura entre líneas y vaya si surtió efecto. Primero recortó distancias Dani Olmo y posteriormente fue Lamine quien asistió a Raphinha para igualar de nuevo un marcador que parecía imposible de revertir.
Final no apto para cardíacos
A partir de ahí, el Celta se mostró muy junto y los azulgrana miraron de encontrar huecos ante un equipo prácticamente inexpugnable. Llámale calendario, desgaste o falta de precisión, pero son estos detalles de los que no se puede prescindir si el Barça quiere ganar la Liga. Hubo tiempo para que Mingueza estuviera cerca de redimirse ante su exequipo, pero la presencia de Szczesny puso tierra de por medio. Y ya en el añadido, y con el empuje de la afición, el Barça apuró sus opciones y transformó un penalti sobre la bocina. La caída de Dani Olmo implicó la entrada del VAR a posteriori y Raphinha puso la guinda al pastel para que Montjuïc se viniera abajo.
Victoria de líder y de equipo campeón. Un partido en el que los pupilos de Flick sembraron algunas dudas, pero con un final satisfactorio. Porque, aunque hay que ajustar ciertos aspectos y minimizar errores, estos tres puntos son lo que más cuentan.
Foto vía: FC Barcelona Twitter