Jon García

Vitor Roque salió en la segunda parte, pero le sobró tiempo para darle la victoria a su equipo e ilusionar, de nuevo, a la grada. Ante un Osasuna muy encerrado, al Barça le costó encontrar soluciones en ataque hasta la entrada del brasileño, pero terminó certificando una victoria vital para el aspecto anímico del equipo.

El partido comenzaba con la peor de las noticias para los culés. Ferran, después de que Xavi lo alabara antes del inicio del partido, se marchaba entre lágrimas del terreno de juego. Y lesionado. Por él entraba Fermín, que lucía su nuevo dorsal, el 16. Después de una ovación atronadora para el delantero blaugrana, en Montjuic se hacía el silencio. Si la situación con las lesiones ya era crítica, pero con la nueva lesión todavía lo sería más.

Pero el Barça debía abstraerse, hacer su partido, y rendir en su primer encuentro tras el anuncio de la marcha de Xavi. Con Lamine y Cancelo muy abiertos, el equipo cerraba con tres centrales e intentaba coser el juego por dentro. Pero más allá de algún destello de los centrocampistas, el equipo no conseguía generar demasiado peligro, ante un bloque del Osasuna sorprendentemente cerrado. Así terminó la primera parte, con un par de sustos en la portería de Iñaki y un remate desviado de Fermín que a punto estuvo de significar el 1-0.

La segunda parte comenzaba como lo terminó la primera. Un Osasuna que apenas concedía espacios trataba de minimizar a un Barça que, pese al dominio, parecía lejos del gol. El público comenzaba a impacientarse, gritando a sus jugadores que probaran más el disparo. Y aplaudieron de nuevo en el minuto 14 de la segunda parte, cuando Vitor Roque saltaba al terreno de juego. Aún no sabían que en pocos minutos marcaría su primer gol como culé. Cancelo la puso con música con el exterior y el brasileño se impuso en el primer palo: Montjuic lo celebró a lo grande.

Pocos minutos después, el Osasuna perdía a Unai García por doble amarilla, que le allanaba la victoria al Barça. Entre cánticos a Xavi, Montjuic, al menos por un instante, se ilusionaba de nuevo.

El lateral derecho blaugrana ha sido un quebradero de cabeza desde que Dani Alves se marchara en 2016. Muchos nombres han intentado rellenar su vacío, sin éxito: en 2023 la demarcación sigue sin un dueño claro. Ni la potencia de Semedo, ni el descaro de Dest, ni el multiusos Roberto pudieron hacer olvidar al brasileño, cuya sombra en el Barça todavía permanece. Hasta este verano. Aunque parece que la transición no será fácil.

Cancelo, en una acción de partido (Photo by Pedro Salado/Getty Images)

Sobre la bocina. Así fue el flamante fichaje de Cancelo por el club culé proveniente del Manchester City de Guardiola, tras una improductiva cesión en el Bayern de Múnich. Después de años de intentos fallidos, parecía que el digno sustituto de Alves había llegado a la capital catalana. Pero, pocos partidos después de su debut, Xavi se dió cuenta de que Balde y Cancelo eran incompatibles en el momento del equipo actual y tuvo que tomar una decisión. Y el lateral derecho quedó, de nuevo, sin dueño.

El lateral portugués, jugando por la izquierda, prometió el cielo al equipo culé contra el Atlético, pero el Girona se encargó de poner las cosas en su sitio. El casting vuelve a abrirse, ahora con nuevos aspirantes. Balde promete empujar para recuperar su sitio, la defensa de tres sigue ganando enteros según avanzan los partidos y Héctor Fort, una de las joyas de la masía, va ganando minutos en la demarcación. Veremos qué lugar se le reserva a Cancelo, un lateral con fecha de caducidad marcada a final de esta temporada. Hasta ahora ha sido un dolor de cabeza, pàra algunos rivales y también para Xavi pero debe ser mucho más: talento le sobra.

Iñaki Peña: 4 – INSEGURO
Un mal pase a Romeu propició el error del de Ulldecona que significó el 1-0.

Alejandro Balde: 5 – ESTÉRIL
Esperó muy abierto y muy alto y perdió el peligro que suponen sus apariciones.

Christensen: 5 – ARRASTRADO
La dinámica del equipo parece haberle arrastrado hacia un nivel muy inferior al del año pasado. Como Koundé, poca incidencia en construcción de juego y poco activado atrás.

Koundé: 4 – DESCONCENTRADO
El francés sigue sin encontrarse. Hoy como central, aportó poco con balón y se le vio despistado en acciones clave.

Héctor Fort: 6 – DEBUTANTE
Cerró como tercer central por derecha en salida y de desplegó en ataque. Fue sustituido por Cancelo en la segunda parte.

Oriol Romeu: 1 – INCOMPETENTE
Dos errores suyos significaron dos goles del Amberes. Pasa por una grave crisis futbolísitica, veremos si Xavi consigue recuperarlo.

Sergi Roberto: 4 – REAPARECIDO
Volvió después de un largo tiempo fuera por lesión. Intrascendente en el partido. El VAR le perdonó una roja.

Fermín López: 5,5 – MEDIAPUNTA
Se posicionó por delante del doble pivote, pero le llegaron pocos balones. Buen trabajo sin balón.

Ferran Torres: 6 – REIVINDICATIVO
Volvió la Champions y regresó su versión goleadora. Sin demasiado impacto más allá de ello.

Lewandowski: 4 – SORPRESIVO
No le esperábamos en la convocatoria y menos como titular. Partido discreto del polaco.

Lamine Yamal: 8 – LUMINOSO
Aportó luz a un Barça que no supo encontrar su rumbo. Su asistencia al gol de Ferran fue una obra de arte.

Cancelo: 6 – COMPLICADO
Entró por Fort para terminar el partido como lateral derecho. Intentó acciones técnicas demasiado complicadas, pero ayudó a los suyos a instalarse en campo contrario.

Gündogan: 6 – REMEDIO
Entró por un Oriol Romeu, absolutamente descompuesto. Fue más significativa la marcha del centrocampista catalán que su entrada.

Pedri: 7 – INSPIRADO
Aportó criterio y talento a la medular culé. Como siempre.

Casadó: 7 – CONFIADO
Entró sin complejos pese a no ser de los habituales. Merece más minutos.

Marc Guiu: 7 – OPORTUNO
Entró por Lewandowski y apenas pudo intervenir en el partido, hasta el descuento, en el que se convirtió en el héroe del partido, hasta que volvió a marcar el Amberes. Tiene estrella.

Xavi Hernández: 3 – TOCADO
El equipo necesitaba la victoria: por el dinero que significa y para concluir con el ambiente enrarecido de la última semana. Lejos de ello, su Barça preocupa hoy más que ayer.

El partido, vestido de irrelevante, venía quemando desde los días previos. Derrota dolorosa ante el Girona, cruces de declaraciones, Xavi cuestionado y lo de la convocatoria. Lewandowski, Gündogan y Araújo, que a priori no iban a entrar en la lista, terminaron viajando después de un toque de atención de Laporta, según cuentan medios como Rac1. En el caso del polaco, terminó siendo titular. El dinero que significa una victoria europea, silenciar el ambiente enrarecido y los rostros nuevos eran los grandes alicientes de un partido que luego demostró no necesitarlos.

Los problemas de los culés se hicieron presentes desde el primer minuto, condensados en la figura de Oriol Romeu. Sin la cintura ni la finura para traspasar la primera línea, el equipo blaugrana sufría en la salida de balón. Tanto, que en el minuto uno Vermeeren ya alentaba la pesadilla de Xavi tras un mal pase del propio centrocampista de Ulldecona. El Barça, sin centro del campo, con Fort como debutante y repleto de dudas, se veía con la misión de remontar en los 90 minutos siguientes.

El del empate tardó algo más de 30 minutos en llegar: se lo inventó Lamine, lo definió Ferran. Desde la derecha, el aún adolescente condujo lento, mientras calculaba la trayectoria del pase filtrado que iba a dejar solo al tiburón ante un nuevo gesto de reivindicación en la Champions. Terminaba la primera parte. Nervios en la zona técnica.

La segunda parte comenzó como la primera: con susto. En este caso doble para los culés: un gol anulado después de un fallo múltiple de la defensa blaugrana y una tarjeta roja corregida a Sergi Roberto. El Var le daba una segunda oportunidad al Barça, pero a la tercera la suerte no jugó del lado de los visitantes y el Amberes se volvió a poner por delante en el marcador. De nuevo, el protagonista de la foto fue Oriol Romeu. Tardó en tomar una decisión con el balón y cuando quiso dar el pase el balón ya estaba dentro de la portería de Iñaki Peña. 2-1. Entraron Gündogan, Pedri y Cancelo al recate y el equipo de Xavi mejoró sus prestaciones. Con el Barça volcado, llegaba el descuento. Marc Guiu, que había entrado por Lewandowski minutos atrás, se vestía de héroe a balón parado. Tiene estrella. Pero pocos segundos después, el Amberes fulminaba definitivamente al Barça con un gol que dejaba helado a todos los culés. Y a Xavi. La pesadilla culé prosigue. ¿Hasta cuándo?

La liga 22/23 será recordada como la primera de la era Xavi, la del 1-0, la de la solidez defensiva, la de los cuatro centrocampistas. Aquel Barça demostró una capacidad de resiliencia asombrosa, pero echó demasiado de menos a Pedri en el tramo final de temporada. Sin él, al equipo le costaba juntarse con balón y, sobre todo, tener el desborde interior que el canario ofrece. Por ello, Xavi y la dirección deportiva se pusieron manos a la obra en verano para incorporar talento. Cesiones, gangas y oportunidades de mercado: la situación económica daba poco margen al Barça para incorporar a las grandes figuras del fútbol, pero, tras Gündogan, los blaugranas se hicieron con dos portugueses que prometían cambiarlo todo. Si Xavi los adaptaba, ellos llevarían a los culés al siguiente nivel.

Enfrentados a sus clubes, Cancelo y Félix buscaban una camiseta con la que reivindicarse y relanzar su carrera. Y cuál mejor que la del equipo en el que siempre habían soñado jugar. Tras dos exhibiciones ante Amberes y Betis, se ganaron el favor de Xavi Hernández y de los aficionados. Pero luego todo cambió. El extremo/mediapunta comenzó a intervenir menos, a la vez que el Barça rendía colectivamente peor, mientras que el lateral, sin una posición fija, divagaba entre la banda y las posiciones interiores. Su rendimiento descendió en picado y su titularidad comenzaba a cuestionarse. Hasta que Xavi dio con la tecla.

Cancelo cambió de banda para sentar a un Balde poco inspirado y el equipo recuperó la estructura que pocos meses atrás le había propiciado una liga. Tres centrales, cuadrado en el centro del campo, Lewandowski, Cancelo y Raphinha. Y funcionó. La presión era más intensa, la circulación más rápida y los portugueses se adueñaron del escenario. El lateral dio una absoluta exhibición ante el Porto y Félix se tomó su venganza ante Simeone en Montjuic: picada, golazo y celebración a la altura. The show must go on.

La Champions se ve distinta, suena distinta y se juega distinta. La presión es doble, el margen de error mínimo. Por ello, Xavi se alejó de las alineaciones ofensivas de la Liga, para cerrar con tres y mandar a Cancelo por la izquierda. El Porto, sabedor de su inferioridad técnica, juntó las líneas para dificultar la salida de balón culé. Y funcionó, porque solo el banderín del asistente e Iñaki Peña salvaron a los culés del 0-1. Por poco tiempo, porque en el minuto 30 el partido se descontrolaría por completo.

Iñaki completó un gran partido (Photo by LLUIS GENE / AFP) (Photo by LLUIS GENE/AFP via Getty Images)

Primero fue Pepe, que castigó un muy mal repliegue blaugrana y calló al Lluis Companys. Pero al minuto, Cancelo con una gran jugada individual volvía a encender la llama culé con una gran definición desde la banda izquierda. De nuevo, el talento al rescate. Y lo de Iñaki, que sin apenas ritmo de competición salvó a los suyos antes del descanso. Se palpaba la tensión.

La segunda parte comenzó con un larguerazo de Joao Félix, que despertó a los 43.533 espectadores hoy presentes en Montjuic como un cubo de agua fría en medio de la siesta. Balde y Ferran saltaban a calentar, entre el ‘runrun’ que se contagiaba por la grada cada vez que el Porto merodeaba el área culé. Hasta que los Joaos se inventaron el 2-1. De nuevo, Cancelo a pierna cambiada le dió a Félix la oportunidad de redimirse y el portugués no falló. El gol llenó de confianza a los culés, que comenzaron a adueñarse de un partido que parecía que se les escapaba. La mala noticia fue la inoportuna lesión de Cancelo, que se marchó con una exhibición a las espaldas y una calurosa despedida por parte de la afición. Siguientes paradas, Girona y Atlético.

Ramos en propia portería le da un triunfo sufrido a un Barça que tuvo que sudar para hacerse con los tres puntos. Con un once ultraofensivo, los de Xavi tuvieron que esperar hasta los últimos compases del partido para marcar el 1-0 y hacerse con una valiosa victoria. Raphinha salió lesionado y en su lugar entró un Fermín que firmó unos grandes minutos. Con la victoria, los de Xavi se sitúan líderes, a la espera de los partidos de Girona y Real Madrid, aún por disputarse.

Xavi salía con todo: volvía la defensa titular con Ter Stegen, Balde, Christensen, Koundé, Cancelo. Además, el técnico alineaba un centro del campo plagado de delanteros, con Raphinha y Joao Félix por dentro y Lamine y Lewandowski arriba. Gavi repetía en la base, junto a Gündogan.

El partido se comenzaba a calentar en la previa: el Sevilla anunciaba que no iba a participar en la comida institucional y que no tendrían presencia en el palco culé por el “Caso Negreira”. La junta blaugrana respondió con un comunicado en el que repudiaba los actos de los sevillistas y se defendía con que no había suficientes indicios. Polémica servida, Xavi y Mendilibar con todas sus cartas sobre la mesa y Montjuic entregado: se avecinaba un partidazo.

El partido comenzaba sin demasiados sobresaltos en ambas porterías, hasta que el Barça comenzó a carburar por dentro. El peligro no tardó en llegar. En el minuto 21, Cancelo se marchaba de dos jugadores para terminar asistiendo a un Joao Félix que no estuvo acertado de cara a puerta: balón al larguero para alivio de los sevillistas. El siguiente en protagonizar una acción de peligro fue Raphinha, al que no pitaron penalti después de una caída del brasileño dentro del área.

En el 34, Raphinha volvería a ser protagonista, esta vez por lesión. Su marcha del terreno de juego haría que Fermín volviera a tener minutos, esta vez en un escenario imponente. Su entrada tuvo un efecto inmediato: ocasión de gol en el minuto 38, girándose dentro del área. Finalizaba la primera parte con sensaciones irregulares para los culés, desprotegidos ante las pérdidas. 0-0 en el marcador, todo por resolverse en la segunda parte.

La segunda parte comenzaba después de que se anunciara la cifra de asistentes: 41.116, en un Estadi Olímpic que presentaba un gran aspecto. Con el público remando a favor, los de Xavi se pusieron manos a la obra para lograr el primer gol del partido. Lewandowski con dos maniobras dentro del área, un remate de Gavi y las recepciones de Fermín entre líneas auguraban que el gol estaba cerca.Para ello entraba Ferran, en el minuto 26 por Félix. Pero el gol no llegaría hasta el minuto 30 de la segunda parte, cuando Ramos se marcaría en propia puerta después de un centro de Lamine. Montjuic celebraba el gol del exmadridista forma irónica: el estadio se convertía en una explosión de alegría, aunque contenida: todavía quedaba partido, Xavi, sabedor de ello, retiró del campo a Lamine Yamal para dar entrada a Oriol Romeu y blindar así el centro del campo culé. Pitaba el árbitro y certificaba tres puntos importantes para los culés, después de un partido difícil.