El bloqueo mental y deportivo de Lewandowski
El Barça, de momento líder indiscutible de La Liga, llega el domingo al Camp Nou a enfrentarse con el tercero en discordia (el Atlético de Madrid) con las esperanzas de solventar el evidente problema que llevo arrastrando todo 2023: la chispa, o más bien, la falta de ella.
Su protagonista es la situación por la que atraviesa el “killer” del equipo, un Lewandowski que está sufriendo un bache tanto mental como físico desde la vuelta del Mundial de Qatar. Pese a llevar un excelente registro de 27 goles y 7 asistencias en 37 encuentros oficiales con el Barça esta temporada, apenas ha superado la mitad de goles de la temporada anterior (50), debiendo renunciar a la lucha por la Bota de Oro. Exceptuando el encuentro contra el Elche, que saldó con dos goles y una asistencia, el polaco no ha marcado ni asistido en los últimos ocho partidos; ni vistiendo de blaugrana ni con Polonia.
Además de la expulsión de noviembre en Pamplona que le dejó apartado durante tres partidos por la famosa sanción del dedo en la nariz, y ha ido lastrando diversas molestias que se han unido a la carencia de tres de sus compañeros de baile predilectos: Dembélé, Pedri y de Jong. Comparando los registros cada temporada de su carrera los primeros cuatro meses desde que comenzaba el nuevo año natural, está firmando su peor registro desde 2011 con el Borussia Dortmund.
Atendiendo a lo más objetivo de esta vida, los números, resulta innegable que la ausencia de Osumane Dembélé en todos estos encuentros ha jugado un papel especialmente protagonista en la sequía de Robert. La complicidad de esta dupla ha generado 5 goles para el equipo desde la llegada del polaco, siendo el “Mosquito” su mejor asistente: Lewandowski ha disfrutado de tres asistencias desde las botas del francés, y el nueve ha contribuido recíprocamente con otras dos asistencias para Ousmane. Dejando de lado su sociedad directa, la actuación de Lewandowski palidece de manera cristalina si Dembélé no está sobre el terreno de juego. Con Ousmane como compañero, Robert ha marcado un total de 22 goles en 23 encuentros (0,96 tantos por partido), y su ausencia ha supuesto para Lewandowski un parcial de 5 goles en 13 partidos (promedio de 0,38, una caída vertiginosa).
Uno de los mayores alicientes para el polaco en estos momentos podría ser la vuelta de Messi, aunque hayan tenido algunas rencillas y tiranteces en el pasado. Lewandowski se frota las manos pensando en la alianza que el argentino formaba con Luis Suárez, jugador de posición y perfil muy similar al suyo, y que se pueda beneficiar de las mismas asistencias en el área que le proporcionaba a este.
Así, Lewandowski busca tanto recuperar la senda del gol el domingo ante el Atlético como que el equipo recupere de su mano el camino de las victorias. Será la primera vez que se enfrente a los rojiblancos vistiendo de azulgrana, pues se perdió la ida por sanción, pero ya sabe lo que es marcarles vistiendo la elástica del Bayern. Se encontró con los atléticos en cinco partidos, consiguiendo un balance de dos goles anotados y tres victorias.
Además, seguramente recuperará a de Jong y a Pedri en el once titular, y Dembélé podrá disputar de minutos de rodaje en la segunda mitad, jugadores que siempre aportan riqueza al movimiento del balón para favorecer las posibilidades goleadoras del polaco. En mente, un objetivo claro: volver a sumar de tres en tres en una Liga que debe ser culé cuanto antes.